martes, 5 de mayo de 2009

Érase una tarde fría de febrero.

Tú venías de frente con tus dos ojos negros y no lo pude evitar.

Fue un solo segundo. Nada más cruzarnos nos dimos la vuelta, pero no nos encontramos y no te puedo olvidar.

Me encontrarás por la ciudad, pregunta por mí, el viento sabrá...

Te perdí entre calles como un sentimiento que muere como el beso que nunca nos daremos y tú, me haces soñar...

Dicen que una herida que te ha rozado el alma se cura en el espejo si aguantas su mirada, y no consigo escapar.

Llegué sin ti, me voy sin mí, te has llevado todo sin querer...

Un segundo eterno que detiene el tiempo en tí y tus ojos que no me dejan vivir...

Te perdí entre calles como un sentimiento que muere como el beso que nunca nos daremos...

Hoy es una tarde fría de febrero y tus dos ojos negros no me verán llorar.

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