viernes, 31 de octubre de 2008

De las cosas que más echo de menos una es escuchar los latidos de tu corazón.

Te soñé mil noches y lo haría otras mil.

Creo que nadie siente lo que yo siento por ti ahora, es inexplicable...
Tardé en darme cuenta de lo que sentía, estaba escondido en mi interior...
Y salió a la luz y me hizo un daño increíble.

Podría definirte con miles de adjetivos...

Sé que tuve suerte de tenerte por un instante que lo haría inolvidable y volvería atrás si pudiera.

Cambiaría el daño que nos hicimos, los enfados por sonrisas...
Si supieras lo mal que he llegado a pasarlo pensando en todo lo que vivimos...
Y que te dejé marchar como si nada...

Aunque no te tenga me gusta pensar en ti.
Quizá se me haga difícil expresar todo lo que llevo dentro, si tuviera la oportunidad te lo diría con la mirada...

Los motivos para quererte ni me faltan ni me sobran.

Cuando pienso en ti, en tu nombre, tu voz, tu manera de ser... Soy otra.
Daría todo por tenerte, aunque ya lo sepas te lo repito una vez más

jueves, 30 de octubre de 2008

Especial.

Es la palabra con que me gusta describirlo.
La palabra que por lo general, utilizo cuando algo me resulta indefinible, indescifrable, fuera de lo normal o de lo que estoy normalmente acostumbrada.

Lo cierto es que "especial" no quiere decir absolutamente nada, y si es hora de sincerarnos y admitir de una vez por todas lo que me pasa, quiere decir que eres todo.

"Especial" radica en la necesidad de ponerle un nombre a lo desconocido y en el hecho de que me cuesta entender todas y cada una de tus actitudes.

"Especial" significa, en mi mundo, mi lenguaje, mi idioma: no me quiere, me ama, está loco, es lo más cuerdo que existe, me persigue, se aleja, me extraña, me venera, me odia, se burla de mí, soy lo único que tiene, tiene todo y tiene tantas.
Y está tan vacío y solo, que no tiene nada...

Y él, que es tan "especial", tiene la más maravillosa habilidad de hacerme SER.

Soy, por sus maniobras soy, existo.

Me siento humana, porque él me hace serlo. Guapa, cuando me mira, la más guapa de todas. Triste, cuando mira también. Cuando mira a cuanta mujer se le cruce y frente a mis narices.

Inteligente, cuando intento descifrarlo.
Cerebral, decodificando cada gesto, cada movimiento, estando alerta a los nuevos cambios en su personalidad, cambios frecuentes y desesperantes.

Y salgo del trance cerebral para sentir.

Me hace sentir, y ésta sí que es la mayor influencia que genera sobre mi persona. Y me vuelvo estúpida, manipulada, muy lejos de ser por momentos esa persona inteligente que creía ser, ni nada que se le parezca.

Y mi centro, mi vida, mi objetivo, mi razón, mis pilares... todo declina, todo se va, se esfuma.

¿Qué pasa? No pasa nada.
Respuesta no acertada. Sí pasa. Pasa que tan persona, tan ser humano que me hiciste, que soy propensa a equivocarme, y me equivoqué.

Siempre así, cometo errores, muchísimos, repetidos y frustrantes.

Pero tú... tú sigues siendo, indiscutiblemente, un ser ESPECIAL.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Puede que sea vergonzosa, y un poco tímida.

Puede que sea bajita, y algo alocada.

Puede que me guste escuchar esa estúpida canción que me ata a ti.

Puede que sea un poco romanticona, y siempre llore al ver alguna de esas pelis que siempre acaban bien.

Puede que sea de risa floja, y que me de por reír al verte sonreír.
Y puede, solo puede, que sea feliz cuando estás conmigo.

Cuando estás sin estar, cuando no te das cuenta de que te miro, o cuando no me quiero dar cuenta de que me miras sin querer verme.

Puede que me guste que me hables a susurros y así tener alguna escusa para acercarme más a ti.

Puede que tiemble cada vez que te veo girar la esquina, y que me derrita cada vez que te me acercas.

Y ¿sabes que?

Puede, pero solo puede... que me este enamorando de ti...

martes, 28 de octubre de 2008

Nunca te paras a pensar en todo lo que has vivido a esa edad, hasta que llega el día de dejarla atrás.

Piensas en todas las alegrías, tristezas, sorpresas... Que te han dado los 21 años y te apena que se esfumen.

pensar que eres un año más madura o que eso es lo que esperan de ti, que madures de una vez por todas.

A escasas horas de cumplir los 22 años, me paro a pensar en la madurez...

Supongo que siempre he sido de esa clase de gente que no piensa en crecer, que sueña todavía con que Peter Pan entre por la ventana para ir a Nunca Jamás y recuperar la infancia perdida y volver a jugar...

Pero si, he madurado.
Hace años que deje de creer en los reyes magos, en las hadas, en Peter Pan y en los cuentos de príncipes y princesas con finales felices...

Hace años que tiré las canicas a la basura y que guardé los albums de cromos en el fondo del cajón.

Hace años que cambie mi nenuco por maquillaje, ropa y zapatos...

A pesar de todo, me aferraré con ganas a los dos patitos, esperando que sean tan buenos como lo han sido los 21 y recordando con cariño esa infancia que no volverá...

lunes, 27 de octubre de 2008

Esa soy yo...

perdida y sin saber por dónde empezar.
Caminando poco a poco con miedo a tropezar, esperando una voz que me diga cómo y hacia donde ir, esperando una voz que vuelva a hacerme soñar...

Esperando una noche en la que beba hasta olvidar o quizá, no espere nada de esto y espere cualquier detalle insignificante que me haga reír hasta que me duela la barriga o hasta que no pueda más.

Ese es mi gran problema(o no tan grande) que no sé que esperar y ni siquiera sé si ya espero.

Eso de ir pasito a pasito, nunca ha ido conmigo, nunca me he llevado bien con tu paciencia ni con tus ganas de no forzar las cosas.

Nunca ha sido propio de mí adelantarme a los hechos.
Supongo que me cansan mucho las cosas y lo peor es que me casan muy rápido.

Que sepas que también soy bastante indecisa en cuanto a estos temas.

No te puedo jurar que lo que siento durará eternamente, como tampoco puedo poner una fecha de caducidad a mis sentimientos.

Sigues esperándome al volver, deseando encontrar mi mirada. Aunque no te diga nada.

Y es que con tantos chascos y baldes de agua fría a una se le acaba la paciencia y no se pone tan ñoña a la hora de ver una puesta de sol.

Es que cuesta encontrar a alguien que hable mi mismo idioma, que no me de la razón por todo, sino que me haga razonar cuando crea que me equivoque.
¡Ah! sí y que me haga reír, eso es muy importante.

Pero si tengo que esperar a que algo salga mal para que pienses en mí, y me cuentes como ha ido todo… Mal, mal van las cosas cuando me haces esperar.

Sabes bien que no estoy para tonterías y mucho menos tengo toda la vida.
Sabes muy bien que no soy una Barbie, sin embargo, tú tampoco eres ningún Ken...
Eso sí, no me mires que sabes que me puedes…

sábado, 25 de octubre de 2008

Mientras tú lloras el mundo te sonríe.

Echas de menos la sonrisa de todas las mañanas, la sonrisa que te hacía tan especial.

Añoras los momentos de felicidad, el soplo de aire fresco de cada mañana mientras bajabas las escaleras de dos en dos silbando la melodía de la canción que escuchaste la noche pasada mientras pensabas en él.

Añoras esa sensación de llegar al límite o al extremo de la felicidad igual que esos momentos frente a frente sobre sus ojos, un baile de miradas , o un festín de besos.

¿cuantas veces te habrán preguntado por que (o por quién) sonríes?
Tú te has callado y con una mirada perdida o un simple suspiro has dicho todo.

Te lo guardas para ti, te guardas lo que te gusta para ti, que solo sepan que esa sonrisa es solo tuya y de nadie más.

Pero sabes de sobra que ellos saben que sonríes por él, por un simple segundo a su lado, solo por eso.
Por la sonrisa que se dibuja en tu cara cuando cualquier cosa te recuerda a él o por un momento frente sus labios.

No te engañes, sabes (y saben) de sobra que sonríes por él, que es el motivo por el que te levantas todas las mañanas...
Siempre se repetía las mismas palabras una y otra vez: “No seas tonta, no te enamores. Las historias comandadas por el corazón suelen acabar muy mal.”

Siempre tratando de proteger su corazón, tratando de cubrirlo con un escudo invisible para evitar que sucediera lo que era irremediable.

Alguna vez iba a ocurrir, eso era evidente, ella no era quien dominaba en ese terreno; en estos temas sólo era una súbdita, sólo acataba órdenes, mandatos que podían llegar en cualquier momento y que podían provenir de cualquier lugar.

Cuando le vio por primera vez supo que algo en su plan perfectamente tramado había empezado a fallar, que algo en su interior estaba cambiando, empezó a rendirse a sus sentimientos.

Empezaba a hacer oídos sordos a lo que no dejaba de retumbar en su cabeza y decidió prestar más atención al pum-pum de sus latidos.

Ahora parecía que sólo podía intuir aquellas duras palabras: “No seas tonta, no te enamores... suelen acabar muy mal.”

Hasta que unas nuevas, cargadas de sueños y esperanzas, lograron silenciarlas por completo:

” ¿Y si sale bien?”

viernes, 24 de octubre de 2008

Te miro desde lejos, aunque no demasiado, lo justo para que aun no estando notes que estoy ahí.

Sabes que te miro y no me miras, luego te hago creer que aparto la mirada, se que me estas mirando y no te miro, y empieza ahí el juego estúpido.

Te observo, te repaso, te odio, pero que ganas tengo de besarte ahora... El no tener la libertad de poder hacerlo cuando quiera aun te hace más deseable, como te detesto.

Yo no voy y tú no te acercas por si acaso, sabes que me desenvuelvo mejor en las distancias cortas.

De vez en cuando los ojos sortean el camino, superan obstáculos hasta llegar a ti, hasta llegar a mi, nos perdemos en el absurdo de la ausencia controlada, tu eres el ratón y yo el gato, aunque a veces me canso y me vuelvo ratón también.

Vete mañana (te dije ayer) pero bésame ahora.

Vete mañana te digo mientras mi boca se acerca a la tuya, y es entonces cuando empieza un nuevo juego estúpido. Se que me miras y no te miro, entonces tu haces ver que apartas la mirada, sabes que te estoy mirando y no me miras...

jueves, 23 de octubre de 2008

No soy perfecta...

seguramente encontraras en mi cabeza un tarro de galletas con una etiqueta donde se lea “ loca” o un letrerito destartalado en mi alma donde puedas leer “ cuidado con el perro”...

si te detienes podrás darte cuenta que si no lo lastimas mi corazón podrá ser un buen albergue perdido en el medio del bosque, un buen oasis donde tomar agua, un pozo sin fondo para beber cariño...

No soy perfecta, soy una neurótica, variable y supersticiosa que se juega la suerte con la cara y cruz de una moneda...
No soy diferente si me conoces, mi mundo esta echo de plastilina, lo moldeo y cambia como yo cambio, ahora lo lleno de tostadas de mantequilla, ahora de tarta de manzana, los pañuelos lo decoran y pinto con brochazos de luces todo lo que veo oscuro.

No soy perfecta, soy tremendamente impuntual, torpe algunas veces y sorda, muy sorda necesito darle volumen al mando a distancia para oír la tele.

Soy tan impaciente que la paciencia me deja por imposible.

Testaruda te diré al comer un helado de chocolate que no manchare el sofá, y 5 minutos después lo limpiare orgullosa con una servilleta.

Apasionada pondré la vida en todo lo que haga, comunicativa hasta aburrirte, hiperactiva hasta cansarte...

Independiente buscare otro juguete cuando tu te duermas y yo siga contando cabras...

Devoro libros como si fueran patatas fritas, y cuando canse por que se cruce el estrabismo, las letras las buscare perdidas en tus rodillas y en tu espalda que duerme...

No soy perfecta, si me llevas a un restaurante caro no sabré usar los cubiertos pero para contrarrestar sabré comerme tu cuerpo a besos empeñada en borrarte ese lunar porque me parecerá divertido llevármelo con la boca y ponértelo en otra parte, aquí, por ejemplo...
Y como soy poco constante luego lo querré en otra parte y tendré que volver a besarte y revolverte.

No soy perfecta, lo se. Hablo con la boca llena, me peino poco, y fumo demasiado.

No se si soy yo, no sé si sabré hacerte feliz. Lo que si sé es que no ser perfecta, y tenerlo asumido me lleva a quererte cada día, a intentarlo cada día, a esforzarme mucho, a cuidarte aunque yo no sepa dejarme querer. Me lleva a saltar de cabeza y sin paracaídas hasta tu alma.

No soy perfecta así que hacerte feliz me va a llevar tiempo... puede que toda la vida ¿lo tienes?

miércoles, 22 de octubre de 2008

Salgo de una calle, miro hacia atrás y te veo.
Estás ahí como siempre, con tu cara de niño observándome bajo la lluvia.
Intento decir algo pero las palabras no salen de mi boca. Espero a que seas tú quien diga algo pero simplemente me miras; no hablas, no reaccionas, solo me miras…

Te acercas lo suficiente a mí como para asegurarte de que esta vez no voy a huir, que no me voy a ir dejándote con la palabra en la boca. Una frase sale de tus labios:

-Lo siento

Te miro con los ojos empañados no sé si por lágrimas o por las gotas de lluvia que empapan mi cara.
Esperas que diga algo pero permanezco callada.

Finalmente, logro salir de mi ensimismamiento y mirándote fijamente a los ojos simplemente se me ocurre preguntarte:

-¿Por qué, Por qué ahora?

Te acercas un poco más, me coges de la mano sin dejar de mirarme a los ojos y yo me estremezco.

-Sé que es tarde. Simplemente quería que supieras que en este tiempo no he dejado de pensar en ti, que te quiero, que siento mucho todo el daño que te he hecho y que no voy a parar hasta que vuelva a ver ese brillo en tus ojos que tanto me gustaba y que denotaba felicidad. Aunque me lleve toda la vida, no pienso parar hasta volver a verte feliz.

Me suelto de tu mano y fijo la mirada en el suelo, en ese momento solo se me ocurre escapar, marcharme y dejarte allí plantado como un día hiciste tú.

Vuelvo a mirarte y me sonríes tímidamente, intento olvidarme de las lágrimas que inundan mi rostro y te devuelvo la sonrisa.
Vuelves a pedirme perdón y me juras que esta vez todo saldrá bien.

Asiento con la cabeza y me besas.
La gente pasa corriendo con sus paraguas y nos miran, que poco nos importa. Ahí estamos otra vez los dos juntos, sin importarnos la gente ni la lluvia. Solos tu y yo.

martes, 21 de octubre de 2008

No es su mejor día ni mucho menos un día normal o corriente, al contrario, es uno de sus peores días. pero ella se mantiene fuerte y firme al paso, se pasea por la casa tarareando la canción que cantaba en aquellos tiempos en los que era plenamente feliz.

Mientras anda da tres o cuatro brincos como si de una niña se tratará.

Da los buenos días con un brillo falso en los ojos acompañando con un suave beso mezclado con el sabor de alguna que otra de las lágrimas derrochadas durante toda la noche, se pone lo más guapa posible delante del espejo haciendo muecas que ni ella sabe lo que significan, se pasa el día mirando una carta en la que nadie sabe que hay escrito.

Cuando le preguntan por él, ella responde simplemente:

- hace tiempo que no hablo con él, pero supongo que estará bien, no se como siempre…

Es muy fuerte sale de todo, se hace la fuerte y contiene sus lágrimas al escuchar hablar de él, aunque por dentro algo se hunda, como si todo desvaneciera a su alrededor, no es ninguna casualidad que después de que le pregunten por él se esconda en su habitación y al rato salga con los ojos empapados de sufrimiento, le preguntan que es lo que ocurre pero suelta alguna que otra mentira.

Todas las mañanas se intercambian miradas, de vez en cuando algún que otro buenos días, aunque en ella sea imposible escucharlo.

Al verlo empiezan a temblarle las manos mientras lo mira de arriba abajo y cuando se dispone a decirle los buenos días las palabras empiezan a faltarle, no es capaz ni de mirarlo a la cara, tiene la mirada clavada en el suelo, con una sonrisa al aire se dirige hacía su habitación sin tararear ninguna canción, sin dar ningún salto, sin ningún motivo por el que sonreír. Lo que ocurre, es que hoy sonríes sin ser feliz, pero mañana llorarás siendo feliz.

lunes, 20 de octubre de 2008

Veo las calles vacías...

No veo gente, no veo coches ni autobuses, no oigo a los transeúntes y no veo su felicidad disparándose por todos los lados de la acera.

Miro al suelo y veo cómo mis pisadas hacen mella en la calle. El suelo se derrite bajo mis pies.

Es verano: Me da igual, No oigo, No veo...

Quiero correr pero mis pies están quietos. Quiero correr y gritar con una sola excusa. Liberarme.

Quizás liberándome sea feliz.

Escucho tu voz en la voz de otras personas. Te huelo en el olor de otras personas y tu imagen se planta ante mí cada vez que estoy a punto de chocarme con alguien. Oigo tu nombre y me giro, pero no estás.

Me estoy volviendo loca. Y qué poco me importa.

Permanezco atada a los recuerdos, esperando el milagro de que sucedan de nuevo. Todo sigue igual. Aquí dentro todo sigue igual.

sábado, 18 de octubre de 2008

Miles de veces me he sentado frente a una hoja en blanco para intentar expresar lo que siento.
De esas miles, solo la mitad han conseguido reflejar parte de lo que llevo dentro…

Me siento sola, a pesar de pasar gran parte de mi vida rodeada de personas.

Me siento frágil, el dolor de todos estos años ha hecho mella en mi corazón, lo ha desquebrajado y me ha costado mucho volver a pegar los trocitos…

Me siento triste, desde hace tiempo llevo una sonrisa pintada en la cara para salir a la calle y fingir que todo está bien.

No sabes la de veces que he intentado escribir algo que luego pudiera decirte, pero no soy capaz. Tampoco sé si quiero.

No creo que sea yo la que tenga que mover ficha ahora y no creo que sea capaz de ser tu amiga…

viernes, 17 de octubre de 2008

Si no me quedan tus besos, me quedan tus caricias, si no quedan caricias, quedan miradas, si tampoco quedan miradas quedan abrazos, si no queda nada, me quedas tú y cada uno de nuestros recuerdos, se queda aquí tu alma abrazada a la mía.


Y da igual que tú no estés presente, aquí queda guardado tu olor, queda guardada tu presencia, quedan marcados tus besos en mi piel, una oleada de caricias acarician mi cuerpo con tus manos.


Si no te quedas aquí inventaré tus besos, inventaré tu forma de querer, esperaré hasta que un día vuelvas, dedicaré mi tiempo a pensar en ti, solamente en ti, para poder decirte tan solo unas cuantas palabras cuando aparezcas por esa puerta.

Quizás sea un te quiero o quizás un menos mal, tal vez puede que no te diga nada, que tan solo te mire, no sé lo que haré, a eso dedico mi tiempo, a imaginar como será...

Y es que también prefiero que nos dejemos llevar por este amor.

jueves, 16 de octubre de 2008

¿Sabes de lo que me he dado cuenta?

El amor no es lo que queremos sentir, lo que queremos soñar; el amor es lo que sentimos al soñar, lo que nos sale sin querer.

Quizás es más imprescindible de lo que nosotros creemos, quizás pensamos que es lo más importante y quizás nos estamos equivocando.

Cuando uno ama, lo demás no existe; nada ni nadie es capaz de sustituir lo que estás sintiendo: porque lo que realmente importa es el vacío que sientes cuando lo recuerdas:
Ese aroma que desprende cuando estás con él, ese abrazo que te durará toda la vida...





Te duermes sin saber lo que está haciendo en ese preciso instante, ni siquiera sabes si se acuerda de ti antes de quedarse dormido; y tú lo recuerdas desde que te dio ese beso al despedirse.

¿Es injusto?

No, porque el amor de un hombre no es ni la mitad de profundo y doloroso que el de una mujer.
En mi existe el miedo, ese miedo que te come al no saber que siente, o si en realidad te miente.

¿Por qué nos pasa esto?

Quizás sea por el pánico de volver a hundirte otra vez, y que de esta no puedas salir.
Ahora que eres feliz quieres que todo sea perfecto, "la culpa es mía" dices; y con esto pretendes seguir sin mirar atrás.
Es estúpido creer que puedes culparte de los errores que cometen los demás, pero lo realmente estúpido es pedir perdón por ello.

El amor te vuelve idiota, pero al mismo tiempo te hace una idiota feliz.

martes, 14 de octubre de 2008

Doscientos días, veintitrés minutos y un segundo atrás me enamoré de ti.

Mi corazón dejó de hibernar al verte.
Unos días después me decepcionaste, mi corazón borracho lloró solo una noche de julio, me pediste perdón y todo se arregló.

Mi corazón volvió a confiar en ti, a tener una cierta esperanza de que esta vez si iba la vencida, sin importar si era la tercera o no.

En algún momento, no sabría decirte en cual intenté vestirte de príncipe azul y la cosa no fue bien, nunca te quedó bien un disfraz tan cutre.

Cien días después me dijiste adiós, a tu peculiar manera, luego volviste a por mí esperando encontrarme donde me habías dejado y te deparaste con que yo también sé moverme por mí misma y no te había esperado.

A mí tampoco me han quedado bien los disfraces de princesas que duermen cien años o cosas así, soy más bien una cenicienta moderna...

jueves, 9 de octubre de 2008

Lo único que recuerdo de él son unos calcetines blancos. Difícil de pensar.

Rompe el hielo y bébete el agua. Miénteme y luego dime la verdad.
Demasiado predecible...

Sal a la calle cuando llueve y empápate hasta que se te derrita la ropa.
Acuéstate tarde y levántate pronto. O no te levantes, que a mi me da igual.

Haz memoria y recuerda donde le viste la última vez y que ojos llevaba. Dime que no le han cambiado otra vez.

Dame un argumento válido y déjame sin respuestas.

No tengo perro. Podrías sacarme a mí. Te prometo que no me iré antes del postre esta vez.

Esta noche habrá un final, más que un principio.
Olvídate de todo lo que nunca ha ocurrido.
Nada de preguntas retóricas, Solo champaña.

Mírame a escondidas, trata de disimular.
Sorpréndeme. Dibuja un corazón y píntalo de verde, ya no quiero corazones rojos.

Dime quien era ese chico y donde puedo conseguir uno igual

sábado, 4 de octubre de 2008

Se que no soy lo que buscas.

No tengo el pelo rubio y no me gusta el Martini con hielo. No soy alta, en realidad ni siquiera llego al metro setenta, aunque con tacones altos lo sobrepaso.

Siempre pierdo al billar, pero soy un as jugando al póker. Es cierto que a veces miento, pero mis mentiras son tan creíbles que ni te darás cuenta. Lloro demasiado, pero soy tan divertida en ocasiones que te dolerá cada centímetro del cuerpo de tanto reírte.




No me río muy a menudo la verdad, pero tengo una risa tan vital que cuando la oigas estarás siempre al acecho para oírla otra vez. No se dibujar y nunca me han enseñado a sonreír, tuve que aprender sola, el hoyito que me sale en el lado derecho es la marca de fábrica.

Soy incapaz de estarme quieta, hablo demasiado y me enfado muy deprisa, aunque se me pasa muy rápido, también. Escribo frases en los márgenes de los periódicos y nunca me acuerdo de llamar al día siguiente.

Lo que puedo prometerte es que no te aburrirás conmigo, te volveré loco y querrás salir corriendo de lo pesada que me pongo a veces, pero no podrás porque soy como una droga y tendrás adicción.

No soy ella y tampoco lo seré; me da igual si soy el segundo plato, cuando me conozcas sé que acabaré siendo el primero. Soy impredecible, vivirás sin saber lo que te espera conmigo y seré yo quien marque las pautas. Puede que me quede contigo cien años o puede que te deje mañana y me vaya a que me receten otro novio, eso no lo sabes.




También te darás cuenta, con el tiempo, de que soy algo caprichosa y un poco coqueta también, para qué negarlo.

Te querré locamente y me equivocaré al decirlo para que lo entiendas al revés, soy muy vergonzosa. Canto en la ducha y escribiré tu nombre en la arena todos los veranos. No te prometo que nos vaya bien, pero pondré toda mi alma en que lo nuestro funcione.

viernes, 3 de octubre de 2008

Me gustaría ser capaz de hacerte sentir el dolor que yo estoy sintiendo, no para que sufras y te sientas mal, sino para que veas cómo es, hasta qué punto duele.

Ser capaz de hacerte ver que me desilusiona que cometas una y otra vez el mismo error, el que prometiste subsanar tantas veces.

Hacerte sentir que duele más una promesa rota que una bofetada, una mentira que otra bofetada, una decepción que otra bofetada más.




Te quiero, te quiero mucho y me gustaría que ahora, mientras lloro, me abraces y me digas que no va a haber más errores. Y me gustaría creérmelo, e ilusionarme y volver a sentirme viva y llena, y con ganas de hacer mil cosas juntos, con ganas de sonreír como una idiota sólo porque estoy contigo y soy feliz.

Y cuando cojo el teléfono para decirte que estoy realmente dolida y que no quiero verte, ni que me llames, se me rompe algo dentro porque sé que esta vez es de verdad.




Que esta noche no voy a llamarte como cada noche, que va a ser la primera vez en muchísimo tiempo que no es tu voz lo último que oigo al irme para la cama.