lunes, 20 de septiembre de 2010



Cierro los ojos y sigo viéndote acercándote a mí, silenciosamente, andando de puntillas para esconder caricias bajo la ropa y robarme un beso a ciegas.




Todavía hoy me estremezco al recordar tus abrazos delicados, al volver a sentir, sin tenerte cerca, ese olor a ti.




Continúo creyendo que te encontraré uno de estos días, paseando por nuestro parque, que las miradas desbancarán a las palabras una vez más, que me tomarás de la mano y nuestros dedos entrelazados me gritarán que ya nada ni nadie volverá a separarnos, que ya no existen los obstáculos.




Y mira que han pasado años...


Pero nadie ocupa la vacante que dejó el corazón que me robaste.