domingo, 23 de noviembre de 2008

Siempre me han dicho que lo bueno se hace esperar, y siempre he sido yo la primera en decirlo después.

Muchos se cansan durante la espera y deciden abandonar.
Otros flojean, caen una y otra vez pero no se dejan vencer.

Hay casos en los que esperan sin más, sin miedos ni problemas.

Cuando hablamos de esperar lo primero que pensamos es en nosotros mismos, somos egoístas ¿porqué no decirlo?

Pensamos que nos vamos a cansar, que será duro, que perdemos el tiempo y la vida se nos irá consumiendo.

Pero luego te das cuenta de todo lo que tienes, de lo que has conseguido gracias a esa larga y angustiosa espera.

Después, el dolor, las lágrimas caídas, los problemas y los disgustos ocasionados se evaporan, se vuelven diminutos.

Y por fin tienes lo que querías.

Por fin la espera terminó, y por fin empiezas a ser feliz.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Como el olor de la hierba recién cortada.

Como el calor de los rayos del sol.

Como bañarse desnuda en el agua salada.

Como el sabor a helado de limón, como el olor a café y tostadas, como alcanzar un tren que se escapa, estaba enamorada..

Como una niña encaprichada, como un domingo en la cama toda la mañana, como un paseo en la rambla de las flores.

como decir a escondidas palabras prohibidas.

como bucear entre peces de colores, como la luz de las velas temblando, como una orquesta de cuerdas sonando...


Veía el mundo que me rodeaba como la luz de las velas temblando, como una orquesta de cuerdas sonando...

Estaba fuera de mí, completamente chalada y no sé como decir que tú me has hecho revivir...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Jugábamos a ser mayores, nos disfrazábamos, nos maquillábamos.

Los Nenuco eran nuestros hijos, les preparábamos la comida con nuestros "cacharritos", nos hacíamos médicos para curarles, "profes" para enseñarles, y nuestro muñeco favorito siempre se sabía mejor la lección.

Nuestro mejor amigo era el "papá" y el más pesado hacía de mascota, de primo lejano o de criado cuando el patio del colegio era un hogar y tus amigos y tú una familia.

Construíamos un mundo distinto, lleno de color, con la plastilina y el Lego.

El mayor tesoro que podíamos tener era un chicle, o cinco duros para gastarlos en chuches.

Nos dormíamos imaginando que éramos Pulgarcito o uno de los tres cerditos.

Nuestras barbies tenían la vida resuelta con dieciséis años y nuestros coches eran de lujo, corrían como ninguno y siempre salían en perfectas condiciones de esos accidentes brutales que causábamos.

Un ordenador era una máquina exclusiva que hacía maravillas; un móvil era trabajo de plástica en el colegio: los pajaritos pintados con ceras, el hilo de pescar, la varilla de bambú...

El 2000 era el futuro, donde los alimentos serían píldoras de colores, viajaríamos por el aire y tendríamos un robot que nos hiciera las labores del hogar.

Queríamos hacer el ruido que hacían las señoras con los tacones, por ponernos corbata los domingos, dejar de llevar leotardos y medias blancas..

Deseábamos saber qué echaban en la televisión después de las noticias y nos sabíamos de memoria la programación de por las mañanas.

Merendábamos un bocadillo de Nocilla al llegar de clase (un Cola Cao en invierno) viendo los dibujos.

Las restas llevando nos provocaban una angustia indescriptible, el escribir sin torcernos exigía un gran esfuerzo.

Nos íbamos a casar con 20 años e íbamos a tener hijos con 22.
Íbamos a vivir en una casa genial, no nos iba a faltar de nada.

Trabajaríamos en una oficina y llevaríamos gafas, un maletín y un traje de rayas.

El tiempo pasaba despacio, despacio, sólo queríamos crecer, ser mayores, tener hijos, trabajar, preparar la comida, acostarnos cuando quisiéramos...

Veíamos todo demasiado lejos. El futuro no llegaba nunca...
Ilusiones muy lejanas...

Hoy miro hacia atrás..

Ha pasado el tiempo volando. Nos vestimos con lo que nos da la gana, nos sabemos la programación de la noche de memoria.

Preparamos la comida cuando no tenemos más remedio y ¿tener hijos? Por dios, si aún estudio.

Nos preocupamos por cosas que ni imaginábamos, tenemos cosas que ni siquiera existían.

Sabemos que no vamos a vivir en una casa genial, vemos casi imposible conseguir tener una...

Queremos un mundo distinto y nos sentamos ante el ordenador a esperarlo. Ya llegará, ¿no?

Tacones y corbata en las ocasiones especiales... y sólo en algunas.

¿Restas llevando? coge la calculadora...

¿Píldoras? Los tranquilizantes enganchan...

Qué coñazo de televisión, todo el día echando novelas, programas del corazón y dibujos animados...

Hoy...

Hoy quisiera poder parar el tiempo.

Hoy quisiera saber tener la ilusión de antaño, la despreocupación.
Hoy no deja de ser ayer, y ayer, hace mucho...

martes, 11 de noviembre de 2008

Miles de veces lloró:

Por pena, por dolor, por rechado, por temor..





Siempre lloraba, cada dia miles de lagrimas resbalaban por su palido rostro, no sabia ni entendia el porque, tan solo se dedicaba a llorar, pues siempre le quiso a el, pero nunca le tuvo.

Un buen dia, esas lagrimas se convirtieron en sonrisas, y lo que eran lagrimas, se habian convertido en gotas de lluvia.






Por eso ahora cada vez que llueve recuerda que tiempo atrás lloró.


Y si, lo recuerda con gran dolor, pero al mismo tiempo se alegra de haber dejado atrás todo lo malo que habia a su alrededor.


Se alegra de haber olvidado.


Ahora tan solo se dedica a reir a y ser feliz…

lunes, 10 de noviembre de 2008

Te odio por como me miras, por como me hablas, por como te preocupas.

Te odio por tus ojos, por tu voz, por tu sonrisa.

Me duele escuchar como te ríes, me duele ver que te acuerdas de mí, que te importo.
Te odio porque te has metido en mi mundo y ahora no te puedo sacar, porque antes podía vivir sin ti, porque no necesitaba verte, porque me daba igual donde estuvieras.






Te odio porque me haces sentir bien y no puedo decírtelo, te odio porque enciendes mi corazón y apagas mis palabras.


Te odio porque desearía no conocerte.

Te odio porque sé que no te tengo, porque sé que no me quieres, porque sé que me conoces y que sabes lo que por ti siento.


Te odio porque no puedo decirte lo que ya sabes, que te odio porque te quiero.


Enséñame a no necesitar de tu presencia.


Ayúdame a no sentirme sola cuando no estas.




Déjame saber tus secretos y así no pasar por todos estos tormentos diarios.


Enséñame a ocupar mis pensamientos en otras cosas donde no estés tú.

domingo, 9 de noviembre de 2008

En la vida siempre hay que tomar decisiones.



Sencillas o complicadas, fáciles o difíciles, gratas o indeseables, cómicas o tristes. Pero al fin y al cabo decisiones.
Siempre optas por lo más fácil.
Quizás la naturaleza nos hizo así de débiles, o así de cómodos.
Siempre quieres que las cosas se acaben pronto, que los problemas desaparezcan, que nada pueda romper esa calma que intentas conseguir continuamente.
Hay veces que esas decisiones pueden llevarte a la victoria, o en cambio a tu derrumbe definitivo.
Puede que hagas bien o mal, puede que te arrepientas o no.
A veces se piensa que hay una vía de escape, que casi como por arte de magia te vas a tener que quitar ese terrible peso de encima.
Pero cuando te quieres dar cuenta, de nuevo estas en las mismas.
Las decisiones son como los ejercicios de matemáticas.
Tienes que razonarlas, meditarlas y definitivamente resolverlas y dar el resultado perfecto.
Lamentablemente no somos matemáticos, ni personas perfectas.
Por eso muchas veces no tomamos la decisión adecuada.
La única esperanza que te queda es tener un comodín, algo o alguien a quien puedas recurrir, y que te ayude a tomar la decisión adecuada, la precisa, la perfecta.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Es inevitable sentir pánico, angustia.

Hay ciertos momentos en la vida en los que no te esperas que algo malo pase y, de repente, te pilla de imprevisto.

No te das cuenta del momento en el que ha pasado ni porque. O tal vez si, pero no puedes ser conciente de la situación por la que estas pasando.

En la vida te enseñan muchas cosas.
Te enseñan a ser educado, a mantener la compostura, a no perder los nervios, ni actuar sin pensar.

Te enseñan a saber afrontar la vida, los peligros, los miedos, las angustias.

Te enseñan a como salir de los malos momentos. Como caer y volver a levantarse... Te enseñan a vivir.

Pero hay ciertas cosas que aunque te las enseñen o intenten hacerlo, hasta el momento en que las vives no sabes como afrontarlas.

En esos momentos se te olvida todo lo aprendido. Te quedas bloqueada, sin saber que hacer, ni como actuar.

No sabes ni quien eres, ni que es lo que estas haciendo. Se te olvida las razones por las que estas ahí. Se te olvida como te llamas, se te olvida todo.

Pero en medio de esa nube de incertidumbre, en medio de esa confusa niebla que no te deja diferenciar tu camino, recuerdas que hay una persona.

Una sola, que sabe que hacer en ese momento, que sabe como sacarte de esa situación, que sabe mantener tu vida. Que sabe hacerte vivir, y hacerte volver a sonreír.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Me encanta mirarte de reojo y que mi mirada se encuentre con la tuya mientras me sonríes.


Me encanta abrazarme a ti antes de dormirme mientras acaricias mi pelo con tus finos dedos.


Me encanta ver tu cara de alegría cuando te levantas y ves que he preparado el desayuno.






Me encantan tus fuerzas, tu ilusión, tus ganas de luchar contra el mundo si es necesario solamente por verme feliz.

Me encanta cuando me cuentas las miles de imágenes que tienes conmigo.

Me encanta oír tus carcajadas cuando yo digo alguna tontería.


Me encanta ver tu cara de felicidad cuando te doy alguna sorpresa, me encanta, me encanta……
¡Simplemente me encantas tú!

El otro día me preguntaste que si yo tenía imágenes de nosotros 2, y la respuesta es que sí, claro que las tengo, lo que pasa es que ya no sé diferenciar mis sueños de la vida real.




Porque a tu lado mi vida es un sueño y mis sueños una realidad

jueves, 6 de noviembre de 2008

Y de repente un buen día te despiertas y te das cuenta de que ya nada es igual.

Que todas las sonrisas, las ilusiones, esperanzas, locuras, besos, abrazos... Todo eso se ha ido.



Y te asustas, te asustas porque ves que no has hecho nada para evitarlo.

No has hecho el ultimo esfuerzo por conseguir todo aquello que anhelabas, no has hecho nada para no perder todo aquello que te hacia feliz.

De repente empiezas a sentir que te falta el aire.

Y es que desde el día que él se fue, nada te ha dejado respirar debidamente, nada te ha hecho sentir de nuevo que estas viva, que eres joven, que tienes una larga vida por delante, en la que miles de sueños e ilusiones se cumplirán.

Y todo porque un buen día despertaste de una mala pesadilla que se hizo realidad y todo aquello que te juraba una vida mejor, un montón de sueños e ilusiones por cumplir; se fue.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Esa noche le tenía delante.
Mirándola con ojos sinceros y tristes, preguntándose porque todo tuvo que ser de esa manera.

La persona que años atrás le había quebrado el corazón en mil pedazos y había arrancado el sueño de una persona enamorada, volvió para hablar de lo que ya sabían.
Una explicación de la realidad que ella conocía antes de que se la dijeran.

Fue espectadora de un llanto que sabía que sucedería tarde o temprano.
Le faltó coraje y valor hoy, podía jugarle en contra mañana. Sin embargo ella se quedó, le escucho, le habló.

Necesitaba confirmar lo que había sentido durante todo ese tiempo después de un duelo no querido, entender su por qué, entender su presente.

Necesitaba creer para así ganar la batalla que jugamos todos entre lo que pensamos y sentimos.

Quizás mañana ya no tenga razones para odiarle o quererle. Pero esa noche eligió escuchar, perdonar y consolar a quien la había dejado sola tiempo atrás.
Esa noche habían cambiado los roles. Era él quien la miraba de forma desesperada para que se quedara una vez más, era él quien necesitaba ser escuchado y comprendido, para así ser perdonado.

Pero algo en ella había cambiado, ya sinceramente no le importaba. Cuando uno ya no encuentra emociones en sus sentimientos es porque ese sentimiento se terminó.

Eligió sonreír y volver a la relación cordial que habían logrado un año atrás, dejar que esa noche pasara al olvido y abrir los ojos para ver que realmente nada había cambiado, que él seguía siendo igual: sin valor ni coraje.

Lo que él no sabía era que ella tenía un AS en la manga que guardó en el bolsillo.
La carta que quedó pendiente de jugar en esa partida que empezó años atrás y que llegó el momento de mostrar, porque todo tiene un final.

martes, 4 de noviembre de 2008

Si entre sonrisas no te das cuenta lo feliz que me hace que me toques y me tiemblen las manos...

Si no te das cuenta que de reojo te miro y si me miras me invade la vergüenza, y es ahí cuando me doy cuenta de que te quiero, y en demasía.




Y no es que quiera quererte menos. Te quiero lo necesario, pero no sé si lo justo.

Te quiero y no me canso de repetirlo.

Si entre sonrisas no te das cuenta de lo feliz que me hace tenerte al lado, querer dormir mientras me acaricias...

Si no te das cuenta de que me encanta saber que sólo con estar ahí cambias mi humor...

Te lo podría decir cuantas veces sea necesario, de las formas y combinaciones que quieras, si es esa la manera correcta para sacarte de los labios un...


"Yo también".


lunes, 3 de noviembre de 2008

¿Otra vez?
Sí, otra vez.

Lo veo venir de nuevo y yo, simplemente, no quiero.

Por eso te digo que NO, tuviste tiempo y elegiste. Tu vida, tus cosas, tu gente... Y yo estaba ahí, con el corazón en un puño y sin reprocharte nada.

Entonces, es como decía Benedetti en un poema: Te dejo con tu vida, tu trabajo y tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres.

Si piensas volver por mi, como quien vuelve atrás porque olvidó un pañuelo tirado en la vereda, olvídalo.
Si piensas volver por mi, pensando en que lo haces por mí, olvídalo.

Estoy mucho mejor sin tí aunque no lo entiendas.

Ahora mis horas y mis días me pertenecen. Tengo entre las manos un puñadito pequeño de sueños que no renuncié cuando te desviaste del camino, cuando me dijiste hasta aquí hemos llegado sin decirlo.

Te dejé atrás, porque sé que ni el cariño, ni las promesas de amor eterno bastan para hacer que otro se juegue por tí.

Lamento decirte que mi presente no tiene lugar para tu rostro y tu cuerpo, tu abrazo, tus miedos, tus deseos, tu espacio reducido para mí. Se agotó la fuente, y ya no me siento responsable por tu sed.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Es curioso cómo siempre consigue arrancarme una sonrisa.

No puedo evitarlo, se me dibuja en la cara sola. Y mejor todavía, me ilumina el corazón.

Hay sonrisas falsas, que sólo manipulan el rostro pero no consiguen engañar a nadie, la sonrisa de verdad no se ve en los labios.

Se ve en los ojos, que brillan de repente.

Es extraño; por muy mal que vayan las cosas, por mucho empeño que ponga yo en estar enfadada o triste, siempre aparece esa sonrisa.

Siempre aparece esa persona que consigue arrancármela. Que consigue robármela.

Y hacía mucho que no sonreía de esta manera.

Hacía mucho que los motivos para estar seria eran mucho más fuertes, hacía mucho que nadie conseguía derribar mi protección.

Y ahora ya no estoy segura de si ha vuelto la sonrisa o me la han robado.

La cuestión es que me gusta sentir esa luz en mis ojos.
Me gusta sentir el corazón brincando en el pecho.
Me gusta sentir el aleteo de mi alma.
Y me gusta sentir que vuelve a haber un siempre.

Aunque para mí el siempre no sea más que un continuo por ahora.
Pero hay que ver cómo me gusta este por ahora.

Cómo me gusta mi sonrisa...
Y la tuya