miércoles, 27 de agosto de 2008
Miedo
Corro, Corro para que no me pille...
"El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene una.
Pero aunque se parezcan, los miedos son tan personales y tan diferentes, como pueden serlo todas las familias del mundo.
Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño...
Miedos con los que uno aprende a ir conviviendo.
Hay miedos hechos de inseguridades:
miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla, miedo a que nadie entienda lo que queremos ser.
Hay miedos que nos dejan en la conciencia el miedo a lo que les pase a los demás y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido...
Como el miedo a la muerte...
A que alguien a quien queremos desaparezca.
Y hoy he escuchado a un tal 'Punset' en la tele, un señor encantador, que decía que la felicidad...Es la ausencia del miedo.Y entonces, me he dado cuenta de que últimamente, yo ya no tengo miedo."
domingo, 24 de agosto de 2008
viernes, 22 de agosto de 2008
jueves, 21 de agosto de 2008
miércoles, 20 de agosto de 2008
Se que prometí quererte siempre, estar a tu lado hasta el final, decirte que te quiero cada día.
Se que luego te juré que me iría para siempre, que no me esperaras, que no iba a volver.
Se que al final acabe volviendo. Se que después me fui otra vez.
Se que lloro por ti cada noche, se que a veces no te entiendo.
Se que me pones de mal humor y luego se me pasa a los dos segundos.
Se que no se lo que quiero.
Se que trato de pasar de ti y de hacer que no te veo. Se que grito como loca, que te asusto y a pesar de todo no te vas.
Se que me tienes harta, que no quiero estar contigo, que no quiero verte más.
Se que a pesar de todo nunca puedo irme sin darme la vuelta otra vez, para volverte a mirar.
Se que se te han acabado las oportunidades, que ya son muchas veces lo mismo, que no debería darte ni una más.
Se que no puedo estar contigo, pero tampoco sin ti.
Se que juro olvidarte todas las semanas, pero te miro...y te vuelvo a recordar.
Se que sueño cada noche con tu voz, con que me llamas. Se que sueño con tu pelo y con tus labios, con que me amas.
Se que toda mi vida no puede girar en torno a una persona, pero también se que no puede girar sólo con las demás.
Se que estas con ella y aun asi no te puedo olvidar...
Se que no se como acabar.
martes, 19 de agosto de 2008
lunes, 18 de agosto de 2008
- ¿Como tú?
- Yo fui la primera en romperme
domingo, 17 de agosto de 2008
El momento llego.
Pensé que estaba soñando cuando te vi llegar y corriendo viniste hacia mi y me cogiste en brazos, besándome y diciéndome que me querías que no te importaba nada mas que yo.
Pero de repente todo dio un giro inesperado, me quede otra vez perdida y sola. Una vez mas hubo algo que te importo mas que yo.
Ya estoy harta. Una y otra vez lo dejo todo por ti y tu me vuelves a hacer lo mismo.
Te quiero muchísimo pero no estoy dispuesta a dejar que mi vida pase y yo estar esperándote siempre.
Esta es la ultima... Adios
sábado, 16 de agosto de 2008
Cada vez que comenzaba a ver las cosas claras, cuando iba aproximándose a esa desconocida a la que llaman Felicidad… algo se encargaba de que todos mis sueños e ilusiones se hicieran añicos, y aquella desconocida se marchaba de nuevo sin apenas haber llegado a mí.
Mi corazón estaba cansado, cada vez se le sentía menos, y sus latidos ya no marcaban ningún ritmo. Estaba desquebrajado. Lleno de cicatrices que nunca consiguieron sanar. Se había echo añicos una y otra vez, y cuando parecía haberse recompuesto, volvía a romperse en cientos de trocitos imposibles de juntar.
Esa noche parecía el fin de mi amarga vida. No moría físicamente, pero si espiritualmente. Me iba, me alejaba de todo y de todos. Le perdía de vista. Sin embargo de nuevo mi agitado destino dio un giro, el giro más grande que he podido experimentar. Todo pareció moverse de sitio. Ahora la noche era fría, ahora era oscura, nadie reía ni paseaba a mí alrededor.
Ya era tarde, el frío, la oscuridad, y la soledad se apoderaron de mí. Era incapaz de moverme, no sentía, era un ser inerte. De pronto una cazadora se deslizo por mi fría espalda, una luz me ilumino la cara, y una suave voz me dijo al oído:
- Tu vida comienza a cambiar ahora.
La luz bajo de intensidad y pude apreciar una sobra. Era un hombre. Un hombre conocido. Era el. Permanecía delante de mí mirándome. – Es un sueño, me decía a mi misma una y otra vez. La sombra comenzó a caminar, cada vez estaba más próxima a mí, se detuvo a escasos centímetros de mi boca y un dulce beso hizo que el frío, la oscuridad y la soledad se evaporasen. Mi vida había cambiado, y todo comenzaba a verse de manera distinta.
Ya no estaba sola, ya no me iría, ya nada ni nadie podría hacer que esa sensación de felicidad desapareciera, ya no, porque ahora éramos dos.